Por qué el 1-0 fue más grave que el 23-F

El 23-F

A estas alturas, cuando queda apenas una semana para el día del golpe contra el Estado de Puigdemont, Junqueras y la CUP, es ya una afirmación tajante que el 1 de octubre y todo lo que el ya casi iconográfico 1-O significa, constituyen la amenaza más seria que ha vivido la democracia desde que se estableció en España el orden constitucional; una amenaza que va contra un modelo de convivencia nacido de una Transición que no sólo es un modelo de éxito, sino además que carece de parangón.

El 23 de febrero de 1981 fue el otro gran momento de una inestabilidad tal que la bisoña democracia estuvo al borde de la cisura. Una y otra fecha comparten el significado, no el significante.Paralelismos imposibles

Hace unos días, Tejero volvió a la escena pública con una carta en la que, con otras palabras, pedía la comparación entre la asonada que él protagonizo y el bosquejo ilegal de referéndum que quieren poner en marcha el Gobierno autonómico y la CUP.

Sin embargo, las diferencias son sustanciales. El teniente coronel secuestró a golpe de pistola y se sienten coño el Congreso. a sus diputados y al Gobierno en pleno. En el Parlamento catalán no hubo pistolas ni personas armadas.

Hubo, sí, una presidenta del Parlament y una mayoría parlamentaria que pisotearon los derechos de la oposición. Pero, aún con toda la gravedad que ello tiene, no es comparable a verse debajo del escaño por los tiros.

Los acontecimientos que se vivieron en la Cámara autonómica de Cataluña tenían su desarrollo escrito. Se sabía cómo iba a empezar y cómo iba a acabar. No así en el Congreso. Aquellos diputados estaban completamente aislados de lo que más allá de Daoíz y Velarde sucedía y sobre todo, nadie sabía cómo iba a terminar.

Estas dos anotaciones ilustran suficientemente por qué el 23-F y el 1-O no son comparables en su significante (en su forma).

Sí puede establecerse el paralelismo en su significado, tanto en cuanto ambas fechas van a quedar para la Historia como los dos momentos en los que se quiso poner contra las cuerdas el Estado de Derecho.Dos momentos de distinta gravedad

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