Entrevista a Fernando Savater: “Los adversarios de la democracia son la miseria y la ignorancia”

Foto: Mario Sánchez

En una casa en la que conviven la Enciclopedia Británica y Superman, Fernando Savater (San Sebastián, 1947), en un sillón que esconde horas de lectura y de cine, responde voz clara y rápida dicción. “Mal pero acostumbrado”, contesta parafraseando a Ricardo Fontana Rosa, cuando le preguntamos cómo está. Nos encontramos con él cuando ya ha dicho que se acabaron los libros. Un tanto desloados por ello, nos consolamos con los artículos en El País, en el que sí seguirá colaborando. El pretendido orden cronológico con el que queremos organizar la entrevista tan sólo resiste dos respuestas; apenas habla Savater, se derrumba y otro orden surge, un orden de lecturas y recuerdos, de lo que fue y lo que es.

Dice que gracias a ETA tuvo usted más años de juventud.

Sí, la aumenté. Porque mi juventud transcurrió en el antifranquismo, la cárcel… un poco juventud romántica. Cuando murió Franco yo tenía casi veintinueve años, estaba ya más o menos reconocido, tenía mis colaboraciones en periódicos y lo que me hubiera tocado si no hubiese vivido en el País Vasco hubiese sido hacer del hombre de la situación, de intelectual más o menos instalado en la democracia. Pero como me tocó el País Vasco y me tocó ETA, tuve que pasar otra vez los riesgos, las luchas, formar grupos… y esto me regaló una juventud suplementaria, me permitió ser en vez del hombre de la situación, el hombre de la oposición, que además es siempre más divertido (risas).

Hasta el año 2011 ha vivido con escolta.

Hasta quince días antes de que ETA anunciara el final.

¿Qué dice de una sociedad que una persona tenga que llevar escolta por su ideas?

Mira, mucha gente me preguntaba: qué siente usted yendo con escolta. Y siempre contestaba lo mismo: ¿qué siente usted viendo a sus conciudadanos paseándose con escolta? El problema no es lo que sienta yo, sino lo que sientan los demás al verme en una situación anómala. Como hoy, por ejemplo, que se ha extendido un poco la sicosis terrorista y la gente, más o menos, se da cuenta de lo que es estar permanentemente pendiente de que no venga un tío con una pistola o una bomba detrás de ti. Así hemos vivido muchos durante muchos años. Es verdad que no era un terrorismo tan global como el yihadista, pero para nosotros, a nuestra escala, era igual de mortal; cada vez que pasabas cerca de una papelera, la evitabas, cuando te retrasabas un poco, la mujer se preocupaban y empezaban a llamar. Así hemos vivido muchos años mientras el resto decía: bueno, bueno, ya parece que las cosas están mejor. Porque la gente siempre quiere que las cosas vayan mejor para ver que se han resuelto los problemas sin que ellos hayan tenido que hacer nada.

 

Foto: Mario Sánchez
Savater, en un momento de la entrevista. (Foto: Mario Sánchez)

 

Viendo su trayectoria, hemos visto tres tendencias: una primera más libertaria, otra volcada sobre los límites y una última, más cercana a un pensamiento pensado en la felicidad…

Estoy de acuerdo, salvo en la última parte. Mi pensamiento ha estado últimamente centrado en la educación, además es lo más importante de mi pensamiento. Mi parte del libro sobre la felicidad [Muchas felicidades, Ariel, 2014. Escrito junto a Carlos García Gual y a Javier Gomá] está, además, volcado en la educación. Pero no sólo sobre el valor de educar, también Ética para Amador o Política para Amador son fundamentalmente libros de educación.

Democracia y educación. ¿Puede pervivir la primera con unos niveles tan bajos en la segunda?

Pervive, pero pervive mal. Los dos adversarios fundamentales de la democracia son la miseria y la ignorancia y quien lucha contra ellas lucha a favor de la democracia. Y cuando digo ignorancia no me refiero a un sentido científico, en el que todos sabemos menos de lo que creemos, sino ignorancia en el sentido cívico, ciudadano, de no ser capaz de persuadir ni de ser persuadido por otros, que es la característica de la ignorancia.

Con la colaboración de Santiago Taus

 

Lee la entrevista completa en Ritmos21.com

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